domingo, 18 de mayo de 2008

Desigualdad Asimetrica ( II )

En este ámbito, apunta como "especialmente preocupantes" las tasas de prevalencia de discapacidades en la población andaluza a partir de los 65 años, "en particular en las mujeres, tanto por sus elevados valores como por afectar a un sector de población cada vez más numeroso".
En cuanto a la distribución geográfica de la mortalidad según la zona de la comunidad donde se resida, este estudio, editado por la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública, sostiene que la mortalidad presenta un patrón de este-oeste. Así, revela que en la Andalucía Occidental los niveles de mortalidad son más elevados, hecho que explica por "su mayor predominio urbano y desarrollo industrial, frente a la parte oriental, donde predominan los municipios rurales".
La percepción de las andaluzas
Respecto a las capitales de provincia de Andalucía, el citado trabajo sostiene que se incluyen "dentro de los municipios españoles con mayor mortalidad", siendo Granada, Almería y Córdoba "las ciudades donde la mortalidad atribuible a las desigualdades socioeconómicas fue mayor".
Dicha investigación también analiza el estado de salud percibido por uno mismo en función de su perspectiva de género y su situación socioeconómica. Al hilo de ello, sostiene que las mujeres andaluzas expresan una peor salud percibida que los varones, aumentando estas diferencias con la edad y alcanzando un máximo en el grupo de 45 a 54 años. Aunque la peor percepción la muestran personas de estratos sociales menos privilegiadas, esta investigación revela que incluso las mujeres de clases privilegiadas tienen peor salud que los hombres de estratos menos favorecidos.
Según revela el informe, la prevalencia más alta de sedentarismo se encuentra entre quienes consideran que no hay zonas verdes en su barrio, siendo más sedentarios los hombres y las mujeres sin estudios que viven en barrios sin zonas verdes.
En cuanto a la situación laboral, apunta a la existencia de un mayor número de hombres con salud deficiente entre aquellos que están en situación de desempleo (18,8%), seguido de aquellos que trabajan sin contrato (14,6%).
En las mujeres, en cambio, la peor salud se da entre las que trabajan por cuenta propia o no son asalariadas (21,9%), seguido de las que trabajan sin contrato de trabajo (18,6%). El trabajar sin contrato está ampliamente asociado a unas malas condiciones del propio puesto, inseguridad por la pérdida real del trabajo y a puestos de baja cualificación.
Finalmente, este trabajo también se detiene en el 'III Plan Andaluz de Salud', del que dice que, aunque aparecen principios, valores y objetivos en relación con las desigualdades en salud, "son prácticamente inexistentes las propuestas de intervención encaminadas hacia su control

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